jueves, 30 de junio de 2022

30/06/2022: Consulta sagrada con Quique

Quique esperaba tener una cita con su médico porque ya no puede más.  Pero abre la puerta de la consulta y su médico hoy no está, hay una chica a la que no conoce.  Pero eso hoy importa poco porque Quique, hoy, no puede más.

Se sienta y la mira, le ha preguntado "¿qué necesitas?".  Quique tembloroso sólo puede contestar "¡ayuda!" antes de empezar a llorar desconsoladamente.  

María hoy tiene un día complicado, han surgido a lo largo de la mañana varias visitas a domicilio que tendrá que hacer dentro de un rato.  Aún le quedan varios pacientes a los que atender en la consulta y Quique, un hombre de edad media aparentemente sano, pinta fácil de solucionar.  Lo llama por la megafonía y en ese instante se conocen.

María sabe que algo pasa, Quique parece muy preocupado por su mirada y por la forma en la que toma asiento.  Decide presentarse y preguntarle "¿qué necesitas?".  Su sospecha se confirma cuando la desesperación rompe a llorar ante ella, pidiendo ayuda.

Y así es como empezó una consulta sagrada hace unos días.  En ese momento todo desapareció de la consulta salvo María y Quique, el ordenador se evaporó, el tiempo se detuvo, las prisas se pospusieron, la confidencialidad se hizo más fuerte, la confianza los envolvió poco a poco y sólo hubo espacio para una larga conversación que no sería fácil para ninguno de los dos. 

Quique había roto su vida definitivamente la noche pasada.  No se había dado cuenta de que una desconocida pero terrible adicción lo había ido engullendo sigilosamente durante los meses previos; alejándolo de las cosas que le gustaban, de su pareja y del resto del mundo real para secuestrarlo en una celda virtual de la que ahora se veía incapaz de salir.  

María escucha el relato de una derrota que no le resulta extraña.  Por eso intenta que la contratransferencia quede oculta, contiene las lágrimas y calla mientras revive infiernos pasados.  Cuando él termina de hablar, ella decide convertir su experiencia en la ayuda que le ha pedido.  

Él está decidido a rendirse y cambiar, ella conoce algunas formas para lograrlo.  Él se va haciendo consciente del problema y va intuyendo el largo camino que ese mismo día inicia hacia la recuperación; ella va sanando una herida antiigua y confía en que él pueda sanar la suya también.   Él se marcha con las pautas para dibujar una vida nueva con paciencia, ella se queda y sabe que le dedicará un dibujo.  Él le da las gracias al salir y pregunta si estará en la siguiente consulta; ella explica que ahora será su médico quien le acompañe y aunque querría darle las gracias sólamente le desea mucho ánimo, le regala una sonrisa y le pide que cierre la puerta.    María no podía más, tras la puerta llora por un dolor antiguo y una alegría nueva. 

lunes, 20 de junio de 2022

20/06/2022: Médica en los huecos

Se cumple mi primera semana como JMFyC (joven médica de familia).  Como ya sabéis por la maravillosa profesión que he elegido, me dedico a las personas.  Ahora vengo a explicaros porqué, en mi situación laboral actual, también me voy a dedicar a los huecos. 

Imagina que conoces a tu médica de familia desde hace muchos años.  Un día pides cita para ir a verle y contarle algo que te preocupa.  Tu médica ha reservado esas fechas para tomarse unas merecidas vacaciones.  Así que, inesperadamente, abres la puerta de su consulta, pero ella no está dentro, sólo hay una chica muy joven sentada en la silla que te mira y te sonríe.  Ella te recibe con una frase que, aunque tú no lo sabes, ha repetido ya decenas de veces:

"Buenos días (aquí viene tu nombre).  Hoy la Dra. (aquí viene el apellido de tu médica) no está.  Yo soy la Dra. Escori, soy María, encantada.  Cuéntame ¿en qué puedo ayudarte?"

Pues esa chica soy yo.  A partir de ahora voy a colarme en las consultas de los MFyC mientras disfrutan de sus vacaciones y permisos para "sustituirles" mientras no estén.  Vale, entonces soy "sustituta" ¿no?... Jope, esa palabra me chirría cada día un poco más.  

Yo siempre he pensado que el MFyC es insustituible para cada uno de sus pacientes, porque uno de los valores más importantes de la atención primaria es encontrar a la misma persona siempre que abras la puerta de su consulta (a esto lo llaman longitudinalidad).  Para eso es para lo que me he formado, para ser la MFyC tras la puerta.  

Por eso, ahora que ya no tengo ni consulta ni puerta, tendré que aprender a ser lo que yo llamo "médica en los huecos".  Porque cuando tu MFyC deja su "hueco", es muy importante que puedas contar con alguien que te atienda, que te escuche, incluso que cuide de ti.

En estos "huecos" tengo que aprender a gestionar agendas muy diferentes, conocer pacientes nuevos a diario, haciéndome una idea general rápida antes de cada consulta.  Tengo que ser capaz de diferenciar las decisiones que no pueden esperar y esas que es mejor que tome el MFyC que conoce a sus pacientes.  Intento trabajar poniendo en valor lo que anteriormente ha hecho el médico que falta.  En consulta, las conversaciones son algo más complicadas, porque para una buena comunicación sólo hay algo peor que no conocer a mis pacientes, y es que ellos no me conozcan a mí.  A veces me toca decir que sí y otras decir que no, intento hacerlo siempre con la misma serenidad, paciencia y respeto.  Si consigo todo esto, no será sin esfuerzo.

Soy consciente de que la forma de trabajar de cada médico se va a expresar en la manera en la que los pacientes se van a acercar a mí y demanden mi tiempo, procuraré ser constante y equitativa con ellos.  Sé que los sucesivos cambios de compañeros de enfermería y sus diferentes dinámicas de consulta me condicionarán, intentaré ser flexible. 

Pensándolo bien, no es sencillo ser una buena "médica en los huecos".  Por suerte puedo contar con la paciencia del equipo, la comprensión de mis compañeros y la indulgencia de los pacientes.  Por fortuna, tengo a mi lado a muchos MIR MFyC que están viviendo esta transformación conmigo.

Tengo algo que decirles a todos esos "médicos de los huecos".

Lo que estamos haciendo es difícil, pero es muy importante; nos supondrá mucho esfuerzo, pero valdrá la pena; sobre todo cuando escuchéis "gracias, espero volver a verte", sobre todo cuando acompañéis a quien os necesita aún sin conocerle, sobre todo cuando le demos el valor que merece a cuidar en la ausencia del que cuida.  ¡Ánimo compañeros!

lunes, 13 de junio de 2022

13/06/2022: "Médica, como su madre"

Querido diario, esta primera entrada quiero dedicarla a alguien especial que hoy viene a mi recuerdo constantemente.  Permíteme que empiece entonces de otra forma.  

Querida abuela Chon:

Hoy me he acordado de aquellos días en los que salíamos a pasear tú, con tu lista de la compra, y yo, con mis 6 años.  Recuerdo que me cogías fuerte de la mano para que no me escapase cuando parábamos a saludar a esa vecina que a menudo te preguntaba: "¿y María qué quiere ser de mayor?"  Recuerdo que tú, orgullosa, contestabas: "médica, como su madre".  

Me hice mayor y decidí que sí, que la medicina era para mi.  Pero si podía elegir, no quería esa medicina de familia de mi madre.  Esa que hacía que pasase más horas en el centro de salud que conmigo, no quería esa medicina que le hacía conocer a todo el pueblo y coger capazos allá donde fuésemos, esa que le obligaba a perderse fines de semana y noches en casa, esa que le hacía estudiar tantísimo mientras yo dibujaba...   Aunque yo nunca quise ser médica de familia, tú seguías contestando "médica como su madre".  Y yo pensaba: "mi abuela no tiene ni idea".     Pero hace tiempo que me di cuenta de que sabías muy bien lo que decías, de que me conocías mejor que yo misma.   

Siento haber tardado y siento que te perdieses el día que entré en la facultad, el día de mi graduación, el día que cogí la plaza de MIR MFyC, el día que conseguí mi especialidad... y que hoy no estés aquí para ver esto, porque hoy ha sido uno de esos días más importantes de mi vida.  

He empezado a trabajar en el centro donde me formé.  Me han regalado un maletín nuevo, he comprado una agenda que se va a llenar de notas y nombres, tengo llaves que abren muchas puertas porque cada poco tiempo voy a mudarme de consulta, me he rodeado de buena gente que me puede echar una mano si lo necesito, llevo una foto tuya en el móvil por si algo no fuera del todo bien, por si te vuelvo a echar tanto de menos como hoy.  

Pero tú no te preocupes por mí, la ilusión no me cabe en la mochila abuela, esto es lo que siempre hemos querido, este es mi sueño, hoy soy Médica de Familia y Comunitaria.  

Abuela, hoy soy médica como mi madre, baja un momento a verlo. 

01/06/2025: Los mitos de la medicina rural

Si alguna vez he tenido la sensación de quedarme con las ganas de decir algo, lo he resuelto escribiéndolo después. ¿A ti no te ha pasado nu...